11 de mayo de 2009

24 Horas en La Habana………… Regreso al pasado



Soy consciente de que en 24 horas una no puede tener una idea rigurosa del país, pero cierto es, que después de 24 años dando vueltas por ahí, visitando diversos países y culturas, nunca había llegado a un aeropuerto y me había hecho una idea tan clara de lo que era, como a mi llegada a La Habana.
Con pequeñas pinceladas y alguna anécdota os quiero contar mis impresiones y sensaciones en esa ciudad, porque realmente todavía no he asimilado mi visita:


19.30 hrs LLEGADA - Al salir del avión sufrimos nuestro primer golpe de calor y seguidamente apostados en la pared una pareja de cubanos con guayabera de color miel y tela gorda permanecían tumbados en la pared, si,” tumbados”, su cuerpo no expresaba ningún atisbo de actividad.

Continuamos por los pasillos del aeropuerto,- donde de cada 7 luces había una encendida y de no mas de 60 watios- hasta llegar a las escaleras mecánicas, nada iluminadas y con un gran olor a humedad, sin apenas ventilación, esto me recordó las casas de nuestros mayores en los años 70.

Al final, el acceso al control de entrada en el país, ni en la India con sus grandes tarimas, ni en Yogyakarta, donde tienes que sobornar, ni siquiera en México donde todo funciona a base de mordidas, nada era tal destartalado, antiguo y a la vez dictatorial como las casetas, la pequeña cámara para hacerte la foto o sus mujeres policías, porque eso si la mujer también trabaja, bueno yo creo que solo ellas trabajan.
Aproximadamente después de 25 minutos me toco el turnó: el mostrador me llegaba a la barbilla, la cámara por encima de mi cabeza: - quítese las lunetas y mire a la cámara-. Un timbre que pita y una puerta que se abre.
Según íbamos apareciendo nos mirábamos con cara sorprendida y nos agrupábamos. Tocaba recoger el equipaje.
De camino a las cintas una policía me llamo y me indico que me acercara: mi estomago se revolvió, ¿y ahora que?, ¿que es lo que quiere? pensé y cual es mi sorpresa cuando me pregunta si tengo alguna revista de cotilleos, de esas que traen ustedes para leer en el avión. Casi me muero.
Después de una hora viendo llegar atadillos de ropa precintados en plástico y cajas de cartón entre otras cosas, después de ir de una cinta a otra, llegaron nuestras maletas.

La Habana, una ciudad amplia, de grandes avenidas y parques - tiene 5ª Avda. como en Nueva York-, una parte antigua de calles estrechas y casas viejas, dos monedas (curiosamente una es el dólar) y cuatro tipos diferentes de economía (peso cubano y bajísimos sueldos funcionariales; el dólar y los servicios modernos; la pequeña propiedad privada de los vendedores ambulantes y paladares entre otros y el mercado negro).
El sueldo medio es de unos 250 pesos cubanos, pero allí no se ve pobreza, ¿como se puede vivir con tan poco dinero? quien hace la ley hace la trampa y por eso no les debe de interesar ningún cambio, están bien como están. Me dijeron que alrededor de un 30% de cubanos reciben dólares de sus familiares del exterior, otro gran número reciben propinas y regalos de los turistas, yo no he visto ningún taxi donde el taxímetro funcione.

09.00 Una de las maravillas que deben de tener los cubanos son los coches de hace 60 o 70 años, los cuidan como si de un tesoro se tratara, lo más sorprendente es que fundamentalmente se utilizan como taxis.

10.00 LA PLAZA DE LA REPUBLICA Y EL TEATRO NACIONAL Aquí ya empiezas a darte cuenta de la realidad, una especie de plaza sin asfaltar pero con un gran obelisco y sobre todo la figura de Che, ni jardines, ni parques ni nada y a esto lo llaman….

11.00 EL CAPITOLIO, LOS CUBANOS, SUS CASAS, SU VIDA, LAS TIENDAS…. De camino a la parte vieja de la ciudad hicimos una parada para pasear por los alrededores del Capitolio, - no hay quien odie mas a Estados Unidos y que la tenga más presente en su día a día, su vocablos, sus coches...- Si te das una vuelta por sus calles y observas las casas y las tiendas veras un mundo diferente, fachadas rotas, destartaladas, gente en las ventanas, una, dos o tres familias juntas en un par de habitaciones, poca luz, la colada colgada de los barrotes del balcón, grandes colas para comprar un poco de arroz, leche, empapadoras… y todo el mundo en la calle: unos bailan, otros beben, las mujeres piden: savon, ropa, algo de dinero, un mechero, un boli, da igual cualquier cosa. Me agrado mucho la venta de pequeños cucuruchos de cacahuetes como los que salían el las pelis de los años 60...

12.00 LA HABANA VIEJA, numerosas calles y casas antiguas, de preciosas fachadas coloniales, rehabilitadas con vivos colores y magníficos miradores y balcones, bellísimas plantas en las ventanas, pequeñas terrazas donde hacer una parada, esculturas de hierro en la calle, museos en todos sus portales(del cacao, de armas, de carruajes), pequeños hoteles con mucho encanto, esplendidos patios interiores, escalinatas de una gran belleza ornamental, fuentes, habitaciones decoradas cuidadosamente, viendo esto nadie diría que estamos en Cuba. Intentamos ver la habitación donde durante años vivió Hemingway, las magnificas vistas desde la terraza del Hotel Ambos Mundos; descubrir la Plaza de la Catedral con su magnifico restaurante donde por las noches se celebran festivales y desfiles y beber uno de los mejores mojitos que yo he probado en este viaje. Restaurantes con encanto junto a la catedral donde de tarde puedes ver un desfile de moda y el mejor mojito.
Esto parece otro mundo, esto no es Cuba, es la parte que el Licenciado Eusebio Leal ha empezado a rehabilitar con su Plan de renovación de La Habana Vieja, aunque la mala situación económica del país dificulta esta labor. Sin duda considero que La Habana es una de las ciudades mas bonitas que he visitado y cuando este “plan” finalice, la podremos considerar una maravilla. Visitando esta parte retrocedes a principios de siglo y revives las más de mil veces que en libros has leído “el aspecto colonial de aquí y allá”.

16.00 EL MERCADILLO Con la cara quemada por el sol, el estomago lleno y 27 pesos nos fuimos al mercadillo de artesanía, el único sitio donde se puede comprar algo que no sea puros o ron. Tallas de madera, artículos de paja, cerámica, imanes, figuras de papel, maracas, muñecas de doble cara, pinturas, pulseras, sortijas… algo parecido a los mercadillos de las fiestas de mi pueblo. Así que entre unas cuantas intentamos buscar algo para regalar a los nuestros, realmente pocas cosas merecen la pena pero es curioso lo que hacen con las latas de Bucanero o Cristal (cerveza típica cubana), aviones, motos, bolsos, gorras…
Aquí comprobamos el poder del mercado negro, si queréis comprar piezas grandes de carey nunca las veréis expuestas, podéis negociar en la parte de atrás o quedar con ellos en el hotel.
Durante nuestro paseo la gente seguía pidiéndonos cosas y finalmente quedamos al día siguiente en el hotel con una cubana, que con tono dulce y muy cariñoso nos dijo verdades como casas, que si eres muy grandota, que no tienes ojos y pareces una chinita o que si te sobra alguna bragrita para mi madre que es como tu envueltica en carnes, que mas queríamos, esta ha sido la frase durante todo el viaje. Risas y más risas cuando de una caja de zapatos nos sacan el último CD de música cubana y nos lo cantan , ya que no tienen nada donde oírlo.

Del tema político hay de todo, no se habla mucho y tampoco te puedes fiar de lo que te dicen, pero esta claro que ellos se saben buscar la vida y Dios les ha hecho de una pasta especial. Echan pestes del sistema pero alaban su sistema educativo. Quieren acceder al exterior pero les da mucho miedo la corrupción, de esto ya saben ellos un rato.
Por las noches, son capaces de hacer una cola como si de un estreno mundial se tratara y pagar 15 euros para entrar en La Casa de la Música y sentarse en una mesa como lo hacían mis padres y escuchar al grupo más de moda en directo, bailan hasta el amanecer. Se acoplan, sus movimiento son increíbles y son capaces de bailar entre las mesas moviendo todo su cuerpo y apenas los pies, les hicimos una conga y les gusto.

Apenas hay información, no hay revistas, no tienen acceso a internet, nadie tiene casa, no eres dueño de nada y no saben quien es Picasso, pero tienen unas de las mejores iniciativas en temas de salud: operaciones gratuitas de la vista, erradicar el analfabetismo o implantar una sanidad en zonas pobres. Según nos decían las necesidades básicas las tienen cubiertas con las cartillas y la enseñanza es gratuita hasta la Universidad.

Podría seguir horas contando lo que vi, pero lo que mas hondo me ha calado es que cuando llegas a Cuba retrocedes en el tiempo, un país parado a principios del siglo pasado.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Debe de ser muy curioso ir a Cuba.

Mari Carmen dijo...

Esta mañana, con mi tacita y mi tostada como casi todas las mañanas que puedo, me he puesto a mirar los blogs, y me ha encantado el relato que has hecho de tu viaje a Cuba, nos has transladado por unos momentos a ese gran pais en el que por desgracia y como en muchos otros, existe todavía la miseria.
Me parece fantástico que puedas hacr estos viajes, que puedas seguir haciendo muchos más.
Besitos.

Mati dijo...

Me has recordado mi viaje a Cuba, me sorprende que despues de años, la cosa sigue estando igual. A mi me recordó a la españa de los años 40, era como retroceder en el tiempo.
Besos

Anónimo dijo...

Hola Nana... increible lo que contas, pero lo mas increible es la fuerza de voluntad y la energia que le pone cada cubano por salir adelante... muchas veces nosotros nos quejamos de como vivimos, y en realidad no tenemos de que... gracia spor todo lo que comentaste, era como estar "ahi" viviendo cada cosita que relatabas!!

tia mony dijo...

que suerte tienes en la vida de poder conocer tan diferentes lugares disfrute mucho tu relato sobre CUBA,cuando tengas tiempo podes contarnos un poquito mas.una brazo

Maricruz dijo...

Es muy triste lo que cuentas...y lo más triste es que Venezuela va por el mismo camino..y no hacemos nada..aceptamos..nos hundimos y seguimos aceptando, no pasa nada...Un beso!

MiriamC dijo...

Tú relato me entritece porque no puedo y no quiero entender que en el siglo xxi estas personas vivan como en el siglo pasado,me gustan muchas cosas del pasado pero más me gusta el progreso.Ojalá y nosotros los venezolanos veamos que aquí nos quieren hacer retroceder al pasado.De todas maneras todo lo que comienza tiene un fin.Me alegra tengas la opurtinidad de conocer culturas nuevas.Gracias por publicar tú experiencia de este viaje.Un gran abrazo.

El blog de María Eugenia en Oslo dijo...

Hola Nana: He disfrutado mucho con tu raporte de viaje. Durante el tiempo que duró mi lectura, logré transportarme y CASI imaginar cómo sería vivir en Cuba. Gracias por tu relato, realmente me ha impresionado y remecido mi conciencia. Saludos desde Oslo.

lulitasss dijo...

Me ha gustado mucho el relato qu has hecho de tu viaje a Cuba....
Coincide con otros que he leido o he visto en algún documental.Nunca he estado...

Anónimo dijo...

que irias a hacer tu a la habana...guarra!

DAISY dijo...

hola nana,
curiosamente asi mismo le dice mi hijo a su abuela, que por demas es cubana. te dire que he leido tu relato y no he hecho mas que llorar. yo tambien soy cubana. aunque vivo hace muchos años aqui. muy cerca de ti, en irun.
tristemente la realidad de mi pais es casi como la cuentas, y te digo tristemente porque es lo que mas se ve de cara al turista. siempre digo que si quereis saber de verdad como es un cubano hay que estar a mas de 2 kilometros de cualquier centro turistico. los que normalmente rondan estos lugares no dan una realidad objetiva de la vida y sentimientos de los cubanos. es cierto que somos muy luchadores, emprendedores, alegres, compartidores, dicharacheros, bailones, hospitalarios, pero tambien tenemos la tristeza de ver pasar la vida sin esperanzas, el miedo que nos deja parados y no hacer nada para cambiar las cosas pues nos han enseñado que lo que esta afuera de cuba es malo y perverso.
desde que vivo aqui solo he regresado una vez y me traje una profunda tristeza de ver a mis hermanos de patria sin ilusiones , sin porvenir.
teniendo que remendar dia a dia esa epoca antigua en la que vivimos, remendar nuestras casas, nuestros coches, y caminando por las calles por miedo a que se nos caiga encima un balcon. estar preocupados por tantas cosas y sin embargo no perder la sonrisa. en cuba decimos que nos reimos hasta de nuestros propios males, y que remedio nos queda. ponemos una barrera y dientes dientes como la pantoja.
mi marido siempre me dice que no me preocupe que cuba va a cambiar. jajaj. yo llevo 41 años escuchando lo mismo.
al menos me queda la satisfaccion de que hayas podido ir y tambien ver las cosas bonitas que nos quedan y que te hayan atendido con cariño a todos y cada uno de los lugares a los que hayas ido. ojala hayas regresado con buenos recuerdos y viendo las cosas buenas que tenemos.
gracias por regalarme un pedacito de tu experiencia en mi pais, aunque algunas cosas no hayan sido tan agradables. un saludo.
daisy